¿Y qué quieres que te diga? Si me gusta hacer uso de viejas tradiciones y anticuadas modas. ¿Que mi mente es del pasado?
Pues prefiero ser una estúpida romántica que disfruta haciendo uso de viejas costumbres.
Seguiré disfrutando cual enana guiñándote el ojo cuando pasas bajo mi ventana, por el símple placer de disfrutar de tu pícara mirada.
Seguiré cual idiota apasionada plasmando mis sentimientos en billetes sin filigrana.
Incluso mi sonrisa maliciosa hablará de cuanto es que me encanta pararme entre tus piernas al son de tus gemidos.
No hay mayor placer que notar como tus manos aprietan las cachas de mi culo mientras muerdo tus labios, mientras me llamas zorra sin disimulo.
¿Y qué quieres que te diga? Si me gusta llamar a las cosas por su nombre, y que cuando me andas por las ramas se lo que me escondes.
Pues seguiré como hasta ahora, llamándote estúpido y llamándote a altas horas, con mis labios sobre el telefonillo y mi dedo haciendo que tu timbre sonara.
Y no cambiaré ni uno solo de mis actos y decisiones, pues seguiré como hasta ahora, llamándote desde mis sueños, implicándote en mis emociones.
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