lunes, 10 de enero de 2011

La leyenda.


Llora la leyenda que un día se encontró a una prostituta que no daba sexo, sólo amor.

Llora la leyenda que sólo a ella la ha de recordar por su magnífica belleza y su forma de amar, en las noches sueña que la acunaba, sueña que en su frente la besaba.

Llora la leyenda que una extraña enfermedad la mató, algo que entre sus piernas le causaba dolor, llora la leyenda un pesado pesar, y que sólo a ella la recuerda por su forma de amar.

Cuenta que de camino encontró a un joven pastor, cuenta que era adinerado y que con su amada prostituta el había estado, cuenta que le contó que como ella nadie le había amado, cuenta que le contó que cada noche lo acunaba y que en su frente le besada.

Cuentan que sólo a ella la logran recordar, cuentan que no daba sexo, sólo amor, llora la leyenda que un día su prostituta le susurró palabras con sabor a miel tras su tierna labor.

Llora la leyenda que sólo a ella la logra recordar, llora la leyenda que recuerda cuando la comenzó a montar y la montaba a horcajadas sin parar...

Llora mi leyenda y mi recordar lloro a mi apesadumbrada prostituta que tan bien me sabía amar...

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